Tarta de higos y frutas del bosque

Tarta de Higos y Frutas del Bosque: Receta Fácil y Deliciosa Paso a Paso

¿Qué frutas combinan con el higo?

El higo, con su dulzura intensa y textura melosa, se complementa con frutas que equilibran su perfil o aportan contraste. Las peras y las manzanas, gracias a su jugosidad y acidez leve, son ideales para crear ensaladas o postres donde el higo es el protagonista. Además, frutas como las uvas o las ciruelas aportan una frescura que contrasta con la densidad del higo.

Frutas frescas con acidez equilibrada

  • Frambuesas y moras: Su toque ácido y aroma floral realzan la dulzura del higo en mermeladas o tartas.
  • Duraznos: Su suavidad y jugosidad crean una combinación armoniosa, especialmente en brochetas o cócteles.

Frutas secas y especias para intensificar sabores

Aunque no son frutas frescas, los dátiles y las ciruelas pasas potencian el carácter terroso del higo en preparaciones horneadas. Incorporar especias como canela o cardamomo en estas mezclas añade profundidad.

Cítricos para un contraste vibrante

El jugo de naranja o ralladura de limón aportan acidez y frescura, ideales para salsas o aliños que acompañan higos en platos salados o dulces. Una ensalada con higos, queso de cabra y gajos de naranja es un ejemplo clásico.

¿Cómo se come la fruta del higo?

Preparación básica del higo fresco

Para comer higos frescos, primero lávalos suavemente bajo agua fría para eliminar impurezas. Retira el tallo con los dedos o un cuchillo pequeño. La piel es comestible, pero si prefieres una textura más suave, puedes pelarlos. Corta la fruta por la mitad o en cuartos para apreciar su interior jugoso y sus semillas crujientes.

Formas de consumir higos

Existen varias opciones para disfrutar esta fruta:

  • Frescos: Ideales para comer solos o acompañados de quesos suaves, miel o jamón.
  • Secos: Su versión deshidratada es más dulce y se usa en postres o como snack.
  • En recetas: Agrégalos a ensaladas, batidos, mermeladas o asados al horno.

Recomendaciones y precauciones

Evita consumir higos verdes, ya que su látex natural puede irritar la piel o la boca. Si es tu primera vez, prueba pequeñas cantidades para descartar alergias. Al servir, retira cualquier resto de tallo o hojas para mejorar la experiencia gastronómica.


Los higos maduros son frágiles, así que consúmelos rápidamente tras comprarlos. Para almacenarlos, guárdalos en un recipiente ventilado en la nevera hasta por 3 días. Si prefieres congelarlos, colócalos enteros o troceados en bolsas herméticas.

¿Dónde se originó el dulce de higo?

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El dulce de higo tiene sus raíces en las culturas mediterráneas antiguas, donde el higo era un fruto esencial por su valor nutritivo y su versatilidad. Se cree que su preparación como conserva surgió en Egipto o Mesopotamia, regiones donde el cultivo de higueras se remonta a más de 5.000 años. Con el tiempo, técnicas para preservar la fruta con miel o almíbar se extendieron por el Imperio Romano, sentando las bases de recetas similares al dulce que conocemos hoy.

La influencia árabe en la península ibérica

Durante la Edad Media, los árabes introdujeron mejoras clave en la elaboración de este postre al llevar a Al-Ándalus (actual España) métodos de cocción con azúcar de caña. En regiones como Andalucía y Extremadura, donde las higueras prosperaban, se perfeccionó la receta, combinando higos maduros con especias como el anís o la canela. Este legado aún se refleja en preparaciones tradicionales de pueblos españoles.

Ingredientes y técnicas tradicionales

  • Uso de higos negros por su alto contenido de azúcar.
  • Cocción lenta en almíbar de azúcar o miel.
  • Adición de aromatizantes como cáscara de limón o anís estrellado.
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Hoy, países como España, Turquía y Grecia mantienen viva esta herencia, aunque cada región ha adaptado el dulce a sus recursos locales. Por ejemplo, en México y Argentina, el dulce de higo llegó con la colonización y se fusionó con ingredientes autóctonos, aunque su esencia sigue vinculada al Mediterráneo antiguo.

¿Cuándo hay higos frescos?

La temporada de higos frescos varía según la región y el clima, pero en general, su disponibilidad se concentra entre finales de verano y principios de otoño. En países de clima mediterráneo, como España, los higos suelen encontrarse desde junio hasta octubre, con un pico en agosto y septiembre. En zonas más templadas o continentales, la cosecha puede retrasarse hasta septiembre y extenderse hasta noviembre.

Factores que influyen en la temporada de higos

La maduración de los higos depende de factores como:

  • Variedad de la higuera: Algunas producen frutos antes (como las brevas) y otras más tarde.
  • Clima local: En áreas cálidas, la temporada empieza antes y es más larga.
  • Altitud: A mayor altura, la cosecha suele retrasarse.

¿Hay dos cosechas al año?

Sí, ciertas higueras dan dos cosechas: las brevas (higos tempranos) en junio o julio, y los higos comunes entre agosto y octubre. Las brevas son más grandes pero menos dulces, mientras que los higos de otoño son jugosos y con mayor concentración de azúcar.

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Para disfrutar de higos frescos, es clave comprarlos en su temporada local. Fuera de estos meses, suelen venderse deshidratados. En mercados o tiendas especializadas, pregunta por su origen y fecha de recolección para asegurar frescura.