
Cómo Hacer Yogur Casero Sin Yogurtera: Receta Fácil y Paso a Paso
¿Cómo puedo hacer yogur casero sin una yogurtera?
Hacer yogur casero sin yogurtera es más sencillo de lo que parece. Solo necesitas leche fresca y un cultivo activo (como un yogur natural sin azúcar). El secreto está en mantener una temperatura estable entre 40-45°C durante 8-12 horas para que las bacterias fermenten la leche. Te explicamos métodos prácticos para lograrlo.
Método del horno apagado con luz piloto
Calienta la leche hasta 85°C, déjala enfriar a 45°C y mezcla con el cultivo. Vierte la preparación en frascos de vidrio, tápalos y colócalos en el horno apagado pero con la luz encendida. La luz genera calor suficiente para la fermentación. Déjalos reposar 8-10 horas.
Usando una manta térmica o termos
- Envuelve los frascos con una manta térmica o toallas gruesas tras mezclar leche y cultivo.
- Otra opción es verter la mezcla en un termo precalentado con agua caliente.
- Guarda en un lugar sin corrientes de aire y espera 10-12 horas.
Con una olla de cocción lenta
Si tienes una olla eléctrica, programa la temperatura mínima (o modo «mantener caliente»). Coloca los frascos cerrados dentro con un poco de agua en la base para generar calor uniforme. Este método asegura una fermentación constante sin riesgos de sobrecalentamiento.
Recuerda que la textura final dependerá del tiempo de fermentación: más horas darán un yogur más espeso y ácido. Refrigera el yogur unas 4 horas antes de consumirlo para detener la fermentación y conseguir una consistencia cremosa.
¿Qué puedo utilizar en lugar de una yogurtera?
Métodos caseros para hacer yogur sin yogurtera
Si no tienes una yogurtera, existen alternativas eficaces que aprovechan elementos cotidianos. El horno es una opción ideal: precaliéntalo a 50°C, apágalo y coloca los tarros con leche fermentable dentro, dejando la luz del horno encendida para mantener una temperatura estable. Cubre los recipientes con un paño para conservar mejor el calor.
Utensilios de cocina que pueden sustituirla
Una olla de cocción lenta o slow cooker es excelente para fermentar yogur. Configúrala en temperatura baja y sumerge los frascos (cerrados herméticamente) en agua tibia dentro de la olla. También puedes usar un termo: vierte la mezcla precalentada, cierra bien y envuélvelo en una toalla para aislar el calor durante 8-10 horas.
Elementos clave para mantener la temperatura
- Mantas térmicas o almohadillas eléctricas: Coloca los recipientes sobre ellas y cúbrelos con un trapo grueso.
- Horno microondas apagado: Introduce los tarros junto a un bowl de agua caliente para generar un ambiente cálido.
- Estufa o radiador: Sitúa los frascos cerca de una fuente de calor suave, rotándolos periódicamente.
Incluso una deshidratadora de alimentos ajustada a 40-45°C sirve para incubar yogur. Otra alternativa es usar una olla convencional apagada: calienta previamente el interior con agua hirviendo, retírala y coloca los botes, tapando con una manta para evitar pérdidas de temperatura.
¿Qué se necesita para hacer yogur casero?
Ingredientes básicos para preparar yogur
Para hacer yogur casero solo requieres dos ingredientes fundamentales: leche fresca (entera, semidesnatada o desnatada) y un cultivo bacteriano activo, conocido como “fermento” o “starter”. La leche puede ser de vaca, cabra, o vegetal (como soja o coco), aunque esta última necesitará ajustes en el proceso. El fermento suele ser una porción de yogur natural sin azúcares ni aditivos, o bacterias específicas como Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus.
Utensilios esenciales
- Olla o cacerola resistente para calentar la leche.
- Termómetro de cocina para controlar la temperatura (ideal entre 40°C y 45°C).
- Recipientes esterilizados de vidrio o cerámica para la fermentación.
- Manta, nevera portátil o yogurtera para mantener el calor durante el proceso.
Proceso de fermentación controlada
La clave está en mantener una temperatura estable durante 6 a 12 horas. Después de calentar y enfriar la leche a 40-45°C, se mezcla con el fermento y se vierte en los recipientes. Estos deben conservarse en un ambiente cálido usando métodos como:
- Colocar los botes en el horno apagado con la luz encendida.
- Envolverlos en una manta gruesa.
- Usar una yogurtera eléctrica para automatizar el control térmico.
Es fundamental evitar cambios bruscos de temperatura y no mover los recipientes durante la fermentación. Al finalizar, el yogur debe refrigerarse por al menos 2 horas para detener la actividad bacteriana y lograr la textura deseada.
¿Cuál es la mejor leche para hacer yogurt?
Leche entera: la elección tradicional
La leche entera es la más recomendada para preparar yogurt por su alto contenido graso (alrededor del 3.5-4%). Esta grasa contribuye a una textura cremosa y un sabor más intenso, ideal para fermentaciones consistentes. Además, al tener más nutrientes naturales, favorece el crecimiento de los cultivos bacterianos, clave para el proceso de fermentación.
Opciones alternativas: leche semidesnatada y desnatada
Si prefieres un yogurt menos calórico, las leches semidesnatada o desnatada son alternativas válidas. Sin embargo, el resultado será menos cremoso y algo más líquido. Para compensar, puedes añadir:
- Leche en polvo (1-2 cucharadas por litro).
- Agar-agar o gelatina como espesantes.
Leches vegetales: una opción para intolerantes
Para quienes evitan lácteos, las leches vegetales (soja, coco, almendra) permiten hacer yogures alternativos. La leche de soja es la más estable debido a su alto contenido proteico, pero requiere fermentos específicos y suele necesitar espesantes como:
- Tapioca.
- Almidón de maíz.
Independientemente del tipo elegido, asegúrate de que la leche esté libre de conservantes y antibióticos, ya que pueden interferir con los fermentos lácticos. Pasteurizar la leche en casa antes de fermentar también es clave para eliminar bacterias no deseadas.