Receta de Crostata con mermelada

Receta de Crostata con Mermelada: Postre Italiano Fácil y Casero

Receta de Crostata con mermelada: el postre italiano perfecto paso a paso

Un clásico italiano con sabor tradicional

La crostata con mermelada es un postre esencial en la repostería italiana, ideal para desayunos, meriendas o como broche dulce en comidas familiares. Su base de masa quebrada crujiente y su relleno de mermelada casera, combinados con el característico enrejado de tiras en la superficie, la convierten en una receta fácil de personalizar con tus sabores favoritos. Aquí te enseñamos cómo prepararla de forma auténtica.

Ingredientes necesarios para la crostata casera

  • Para la masa: 300 g de harina de trigo, 150 g de mantequilla fría, 120 g de azúcar, 1 huevo y ralladura de limón.
  • Para el relleno: 250 g de mermelada (frambuesa, albaricoque o fresa), 1 yema de huevo para barnizar y azúcar glass para decorar.

Pasos para preparar la masa de crostata

  1. En un bol, integra la harina con la mantequilla fría cortada en cubos, hasta obtener una textura arenosa.
  2. Añade el azúcar, el huevo y la ralladura de limón. Amasa rápidamente hasta formar una bola. Envuelve en film y refrigera 30 minutos.

Armado y horneado de la crostata con mermelada

Estira 2/3 de la masa en un molde desmontable y vierte la mermelada. Con el resto, forma tiras para crear el enrejado. Pinta con yema de huevo y hornea a 180°C por 35 minutos. Deja enfriar antes de servir para que la textura sea perfecta. ¡Un toque final de azúcar glass realzará su sabor!

Ingredientes para la crostata con mermelada: proporciones y alternativas

Proporciones básicas para la masa

La masa de la crostata tradicional se prepara con 300 g de harina, 150 g de mantequilla fría, 120 g de azúcar y 1 huevo. Opcionalmente, se añade ralladura de limón o vainilla para aromatizar. Estas proporciones garantizan una textura quebrada pero firme, ideal para sostener la mermelada. Si prefieres una masa más arenosa, reduce ligeramente el huevo a ½ unidad y compensa con 1 cucharada de agua fría.

Alternativas para la mermelada y ajustes de textura

La clásica crostata utiliza mermelada de albaricoque (250 g aprox.), pero puedes experimentar con:

  • Frutas de bosque: frambuesa, mora o arándano para un sabor ácido.
  • Mermeladas cítricas: naranja amarga o mandarina con trozos de piel.
  • Opción light: mermeladas sin azúcar añadido o compotas caseras espesas.

Si la mermelada es muy líquida, mezcla 1 cucharadita de maicena antes de hornear para evitar que se desborde.

Sustituciones comunes para adaptar la receta

Para dietas específicas, reemplaza ingredientes clave:

  • Sin gluten: harina de arroz o mezcla sin gluten (misma proporción).
  • Vegana: margarina vegetal y sustituye el huevo por 2 cucharadas de agua helada.
  • Azúcar alternativo: usa panela o eritritol en la masa, pero ajusta cantidades para no afectar la textura.

En versión integral, sustituye 50% de la harina por trigo sarraceno o espelta, aunque la masa quedará más densa.

Cómo preparar la masa de crostata: trucos infalibles para que quede crujiente

Ingredientes y proporciones: la base del éxito

Para lograr una masa de crostata crujiente, el equilibrio entre harina, grasa y líquido es clave. Utiliza harina 000 o de repostería (con un 10-12% de proteína) para una estructura firme pero suave. La mantequilla debe estar fría y cortada en cubos:s esto ayuda a crear capas al hornear. Añade solo una yema de huevo por cada 200 g de harina para hidratar sin activar demasiado el gluten.


Técnica de mezcla: ¡nada de excesos!

  • No sobremezcles: une los ingredientes con las manos o un tenedor hasta integrar, pero sin amasar. Si la masa se calienta, la grasa se derrite y pierde crujiente.
  • Agrega líquido frío: si necesitas más hidratación, usa agua helada (1 cucharada a la vez).

Reposo y horneado: el toque final

Envuelve la masa en film y déjala reposar en la nevera 1 hora: el frío relaja el gluten y solidifica la grasa. Al extenderla, hazlo sobre una superficie enharinada, pero limita el exceso de harina para no secarla. Hornea a 180°C en horno precalentado, con papel de horno y un peso (como legumbres secas) sobre la masa para evitar burbujas. Retira el peso a los 15 minutos y termina de hornear hasta que esté dorada (5-10 minutos más).

Otro truco infalible es pincelar la base con clara de huevo antes de añadir el relleno: crea una barrera que evita que la humedad ablande la masa. ¡Y nunca la hornees en molde oscuro! Usa uno metálico o de vidrio para un dorado parejo.

Mejores mermeladas para crostata: combinaciones y consejos de relleno

Mermeladas clásicas que nunca fallan

Las mermeladas de frutas ácidas y con textura densa son ideales para crostatas, ya que no se esparcen demasiado al hornear. La mermelada de albaricoque es una opción tradicional: su sabor equilibrado y su tonalidad dorada aportan elegancia. Otras alternativas infalibles son la de fresa (con trozos para mayor untuosidad) y la de moras, que combina perfectamente con una base de masa sabrosa.

Combinaciones innovadoras para sorprender

  • Higo y nuez: añade trozos de nuez tostada a una mermelada de higo para un contraste crujiente.
  • Naranja amarga y chocolate negro: una capa fina de chocolate rallado sobre la mermelada de naranja crea un sabor intenso.
  • Manzana y canela: ideal para crostatas otoñales, con una pizca de especias en la masa.

Consejos para el relleno perfecto

Evita mermeladas demasiado líquidas: si la tuya es suelta, mezcla una cucharada de maicena antes de untarla. Distribúyela de forma uniforme, dejando 2 cm libres en los bordes para sellar bien. Para crostatas más vistosas, usa dos tipos de mermelada en capas delgadas, como frambuesa y vainilla, creando un efecto mármol al cortar.

Prefiere siempre ingredientes de calidad: las mermeladas con alto porcentaje de fruta (mínimo 60%) ofrecen mejor sabor y textura. Si optas por opciones menos dulces, como arándano o grosella, equilibra con un glaze de miel o un toque de ralladura de limón al finalizar.

Errores comunes al hacer crostata casera (y cómo solucionarlos)

1. Masa demasiado dura o quebradiza

Un error frecuente es sobre trabajar la masa, lo que activa demasiado el gluten y la endurece. Para evitarlo:

  • Mezcla los ingredientes solo hasta integrarlos, sin amasar en exceso.
  • Usa mantequilla fría y agrega 1 cucharadita de vinagre o limón para mayor flexibilidad.

2. Relleno líquido o que se desborda

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Si la crostata pierde forma al hornearse, el problema suele ser el exceso de humedad del relleno. Soluciónalo así:

  • Cocina previamente frutas jugosas (como fresas o duraznos) con una cucharada de maicena.
  • Deja un borde de 3 cm al sellar la masa para contener líquidos.

3. Base cruda o quemada

La temperatura del horno es clave. Si la base está cruda, precocínala 10 minutos antes de añadir el relleno. Si se quema:

  • Coloca la bandeja en la parte media del horno (no abajo).
  • Cubre los bordes con papel aluminio durante los últimos 15 minutos.

4. Masa pegada al molde

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Para desmoldar sin romper la crostata, enfría totalmente la preparación antes de cortarla. Además:

  • Usa moldes desmontables y engrásalos con mantequilla en polvo.
  • Espolvorea harina sobre el molde después de enharinarlo.